Presentación

¡¡¡Holaa!!!

Somos unas chicas del 1999 a las que les gusta mucho escribir, nos llamamos Alba y Patty (eme8eme y Como tu quieras, respectivamente).

Cada cierto tiempo colgaremos una entrada con un trozo de uno de nuestros proyectos (diríamos cada semana, pero entre exámenes y vacaciones...). Claro que puede que no sea el final...

También escribiremos algunas ideas o textos que tengamos.

Nos encantaría saber vuestra opinión, aunque nosotras seremos quien tomemos la decisión final, así que no os esperéis nada. Si queréis saber algo sobre alguna de nosotras preguntárnoslo. Y si vais a poner algo, ponerlo muy claro, para no provocar confusiones...

Espero que os gusten las historias, no esperamos gran cosa de ellas, pero queremos compartirlas. Como dice nuestra autora favorita, Laura Gallego "bueno, por algo se empieza, ¿no?"


viernes, 14 de diciembre de 2012

Novedades

Quería informar de que la siguiente entrega de Secretos está en camino...
Me queda organizar el caso, pero la historia ya la tengo ;)

Pedir las continuaciones de lo que queráis.

jueves, 11 de octubre de 2012

Poesias

1
Yo en silencio le amaba 
 y ante todo no podía decirle nada mis amigas
 me animaban a hablar de ello con el 
 y yo me negaba a jugar mi papel...
 pero... un día ocurrió nunca se borrara de mi mente. 
 Sus amigos hacia mi venían con cara de tristeza.
 Un accidente se lo había llevado si darme tiempo al contárselo...
 mi secreto quedaba descubierto cuando dos lágrimas de mis ojos cayeron.
 Ellos dijeron:"te querría". Sus ultimas palabras a mi se referían.
 "decirla que la quiero que no llore por mi muerte que vaya donde vaya con ella estaré siempre".

2
 SI ALGÚN DÍA ME VES TRISTE, NO ME DIGAS NADA… SOLO QUIÉREME.
 SI ME ENCUENTRAS SOLA EN LA OSCURIDAD DE LA NOCHE, 
 NO ME PREGUNTES NADA, SOLO ACOMPÁÑAME. 
 SI ME MIRAS Y NO TE MIRO, NO PIENSES NADA…SOLO LLÉVAME.
 SI LO QUE NECESITO ES AMOR, NO ME DIGAS NADA… SOLO ANÍMATE.
 PERO SI YA NO ME AMAS, NO ME DIGAS NADA… SOLO RECUÉRDAME…

 3
Aunque en tu corazón hay lugar para mucha gente,
 guarda un pequeño rincón para mi... no importa sino es el mejor,
 con tal de estar contigo seré feliz 
 He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer.
 No he sido feliz. 
Que los glaciares del olvido me arrastren y me pierdan, despiadados. 
 Mis padres me engendraron para el juego arriesgado y hermoso de la vida,
 para la tierra, el agua, el aire, el fuego. 
 Los defraudé. No fui feliz. 
Cumplida no fue su joven voluntad.
 Mi mente se aplicó a las simétricas porfías del arte, que entreteje naderías. 
 Me legaron valor. No fui valiente. No me abandona. 
Siempre está a mi lado La sombra de haber sido un desdichado.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Secretos


N
               
O podía ser, era imposible. Le habían dado en su punto débil. Pensó en que era la putada más grande que le podrían haber hecho.
            Así que decidió algo que nadie podría impedirle hacer lo que iba a hacer, ya que poca gente en su lugar lo haría. Pero él era especial… ya lo había hecho antes, aunque no le hacía nada, pero nada de gracia porque hacía mucho que no lo hacía. Y cuando lo había hecho eran otros motivos muy diferentes.
            Bueno… en realidad hacía sólo dos años… Daba igual, lo haría de todos modos. Además estaba en la ciudad de Nueva York y tenía motivo y oportunidad.
            Así que cogió su arma favorita, la única que conservaba y… Espera, era un chico listo, si usaba la suya propia le cogerían antes de darse el piro. Tal vez se fuera a muy lejos, puede que con su familia de Berlín o tal vez contactara con un viejo amigo, pero seguro que estaría ocupado y no querría hablar con él. Daba igual, en ese momento nada le importaba.  Su teléfono móvil sonó, sacándolo de sus pensamientos.
            Era justamente él:
            -Tenemos que hablar, es importante.
            -Claro, pero no me apetece hablar por teléfono. Vayamos al Green café. – dijo mintiendo.
            Llamó a la puerta de su vecino, un hombre viejo que siempre le contaba anécdotas de la guerra. Le pidió su valiosa arma, una vieja escopeta. Con la escusa de que había una paloma en su ventana muy pesada y nunca la conseguía capturar. Pero también cogió su arma, tenía un plan.           
Así que cuando se vieron, él volvió a mentir:
-Mira que loca está la gente –dijo mientras le dirigía al callejón de al lado y le mostró unos restos de algún animal mal oliente que se encontraba en el cubo de la basura por pura casualidad. –Oye, ¿sobre qué querías hablarme?
-He descubierto una cosa, algo de una persona cercana a mi muy mala y no sé que hacer.
-Pues contarlo no.
-¿Por qué no? Era lo que pensaba hacer.
-Porque ya que lo sabes, sabrás que siempre tengo otro plan.
-¿Y qué harás? ¿Matarme, tal vez?
Sacó el arma, se la enseñó y disparó. Sin piedad.

A la mañana siguiente un vagabundo se lo encontró, a él y a los restos extraños del contenedor. Llamó a la policía.
-Murió al instante, un solo tiro en medio de la frente, la persona que lo mató tenía buena puntería –dijo Elena.
-Un profesional –adivinó nuestro querido inspector.
-Sí, pero no usó un arma discreta. A juzgar por la bala, es una escopeta normal.
-Ya sé quien es, se llama Zack Barton. Estadounidense de cuarenta años, soltero… Vive solo y su hermana está de luna de miel, cogerá un vuelo mañana y podremos hablar con ella. Tiene una tía, la llamaré. –dijo el detective Jones.
-Gracias Chris –dijo Sarah, siempre era muy amable y más le servía serlo, no era policía y sin embargo estaba allí, ayudando a Harrison.
-Trabajaba como profesor de historia en la universidad, pero vivía por la zona.-dijo Kim, la otra detective.
-De acuerdo, vamos a la central, pero antes quiero que habléis con la gente del bar. Tendrán que haber oído algo. –decidió Jones.
-Ayer había fuegos artificiales cerca de aquí. Yo vine a verlos con Alice. Seguramente no lo notaran. Y al estar soltero apostaría a que no tiene mucha vida social… Hablemos con sus compañeros de trabajo. –sugirió Sarah.
-Vale, pero aquí está su teléfono. La última llamada es a un tal ‘’Darren’’. –dijo Kim con el móvil en la mano.
-Seguro que es de su trabajo.
-No te precipites… Le voy a buscar.
-En el bar dicen que le vieron irse con un hombre de unos cuarenta años.
Sarah vio algo en el suelo que le llamó la atención, era un pin, pero le llamó la atención. Nadie la estaba mirando, así que se lo guardó en el bolsillo. Luego a llegar a su casa lo miró bien y supo que ya lo había tenido antes en las manos, porque ella tenía uno igual, además recordaba perfectamente de quien era. Pero si era el asesino estaría entre la espada y la pared…
Entonces encajó las piezas. Sabía que Kim y Christian habían ido al trabajo de la víctima, así que les llamó:
-¿Qué sabéis de Darren?
-Que no ha venido a trabajar hoy. Jack le está investigando, ve a la comisaría. Tenemos que encontrarle, ya podría haber salido del país, nos lleva varias horas de ventaja.
-Puede estar en su piso.
Momentos después llamaban Jack y Sarah a la puerta de Darren. Sarah se quedó detrás, Darren les abrió y el inspector dijo:
-Policía de Nueva York, buscamos a Darren.
-Sí, soy yo. ¿Qué quieren?
-Querríamos hacerle unas preguntas sobre Zack Barton- Darren se extrañó –Está muerto.
-¿Cómo…? ¿Muerto?
-Sí, usted fue la última persona con la que habló por teléfono. ¿Qué le dijo?
-Me dijo que estaba el Green Café con unos amigos. Es un bar en el que solemos quedar a veces después de trabajar.
-Si, le encontraron en un callejón al lado de ese bar.
-Me preguntó si quería ir, pero era tarde y no fui.
-Vale, muchas gracias –dijo, pero no siguió porque le llamaron, se disculpó, anduvo unos pasos a la izquierda del pasillo y dejó que Darren viera a Sarah.
Antes de que Darren dijera nada, Sarah le puso la mano en los labios y se aseguró de que Jack no les viese. Luego le entregó un papel y Jack le dijo que fuera yendo al coche.
Cuando los inspectores se fueron, Darren abrió la nota y leyó la dirección, luego cogió su chaqueta y se fue.

sábado, 22 de septiembre de 2012

EL ESPEJO


Estaba solo, desde hacía ya unos días y todavía no se acostumbraba. Lara se fue y otro vendría en su lugar. Ahora que se había ido pensó en eso que le atormentaba, que le aterraba desde hacía ya tanto tiempo.
Y entonces lo decidió, se levantó y se dirigió a su habitación. Miró aquel objeto, tan indeseado desde que… Ya lo sabía, no tenía porqué recordarlo siquiera, sólo tenía que asumirlo, no recordarlo. Claro que le hubiera gustado que ella estuviera allí, así que se la imaginó junto a él, sonriéndole como lo habría hecho. Y como lo deseaba tanto, casi le pareció real. Ella le decía:
<<Venga, hazlo. Tu puedes, a mi me gustas así. >>
Claro, no le había conocido antes del accidente… Y si lo hubiera hecho vería en ella esos ojos que veía en todas las personas que conocía antes de lo sucedido: tristeza, compasión, añoranza… ¡Qué ignorantes! Él no necesitaba nada de eso, necesitaba… en realidad no lo supo explicar hasta unos años después, pero siempre supo que necesitaba a alguien como Lara, no, necesitaba a Lara.
Mientras se acercaba al objeto para destaparlo, Lara le sonreía aún más. Además no podría pasarse toda la vida sin mirarse en un espejo. Así que quitó la manta gris y su espejo se mostró: con esa oscura madera y ese polvo recubriéndolo. Con la manta lo limpió y, por fin, se vio.
El reflejo, la persona que se mostraba ante él no era él. Se miró, miró a Lara, pero ya no estaba allí y lo siguiente que hizo fue coger el teléfono y marcar mientras se veía en el espejo…

martes, 7 de agosto de 2012

Más allá de la muerte- 1, gravedad

Ya he empezado a escribir y he decidido colgar un trozo de la historia de ciencia ficción sobre un mundo virtual y una estafadora...



Más allá de la muerte
I
Gravedad

El día que lo descubrí era caluroso, me acababan de regalar un intercomunicador que se pone en la oreja y con los pensamientos puedes enviar mensajes a otras personas. El mensaje aparece en una especie de pulsera que viene con el intercomunicador. Aunque la verdad es que solamente tengo dos amigas, bueno, yo no las consideraría amigas. Una de ellas es mi vecina y como va a mi clase, hacemos los deberes jutas justo después de comer. La otra es hija de una amiga de mi madre, de vez en cuando su familia viene a cenar o a pasar la tarde.

Sin querer se me cayó al quitármelo cuando me iba a dormir, pero con un simple pensamiento el intercomunicador se quedó flotando en el aire. Después de eso me quedé en vela toda la noche, practicando mi nuevo poder de levitación.

Se dice que hace mucho tiempo, a finales del siglo veintiuno, unos científicos salieron dañados intentando hacer que los coches levitaran... Pero todavía no ha funcionado, ni que pudieran hacer todo lo que se ha hecho en las películas de ciencia ficción. Aunque ahora la gente ya casi no usa los coches... Bueno, al grano, esos científicos adquirieron ese poder y fueron perseguidos para que continuaran trabajando y ya no era sólo por el conocimiento del tema, sino también por sus poderes que querían y no debían ser utilizados. Pero, por suerte, lograron escapar. Tuvieron que vivir bajo falsas identidades, huyendo y mintiendo durante mucho tiempo, formaron familias. Bueno, los más afortunados. Crearon descendientes con aquellos poderes, aunque eran mas desafortunados que afortunados, ya que tener al gobierno detrás de ti no es agradable.

Se dice que cuando ocurrió la Primera Batalla Estelar la mayoría de los supervivientes poseían ese poder, ya que tuvieron más posibilidades. Por eso de vez en cuando un niño hace volar algo y el Gobierno se lo lleva a la fuerza, estén o no los padres de acuerdo.
Decidí que no se lo contaría a nadie.

miércoles, 11 de julio de 2012

Hace tiempo que no cuelgo nada, pero es que estaba escribiendo algo de ciencia ficción que va sobre un mundo virtual. Se llama Más allá de la muerte, os dejo una fotografía relacionada y espero tener el primer capítulo dentro de poco...
es la sombra de la pestaña de un ojo, el titulo no tiene gran cosa que ver con la historia...

domingo, 17 de junio de 2012

De repente, sin saber por qué o cómo, salté. Sabía que no era una idea inteligente, sabía que si me lo pensaba dos veces cambiaría de opinión, pero lo hice, también sabía que, seguramente, era la única decisión madura que había tomado en mi vida. Quitarme la vida por culpa de mi maldita suerte. Pero este, como ya os podéis imaginar, no es el principio de la historia, sino...más bien el final. El final de mi vida y, por lo tanto de esta historia, que la narra.
Bien, todo empezó asi...
- Alfa Aquila ha muerto- Dijo Sivvy al entrar en mi habitación, tenía una cara espantosa, probablemente de un cortocircuito, las muertes eran algo que un robot no soportaba, (de ahí se deduce que Sivvy es un robot, en concreto MI robot).
- ¿Qué?- Dije, todavía con los ojos cerrados, entumecida.
Sivvy no dijo nada, se sentó en mi cama y, con un gesto amable comenzó a peinar mi pelo, como si hubiera terminado con aquél asunto, pero yo no había terminado, Alfa Aquila,  el hermano de mi padre, por tanto , mi tío había muerto, y eso era motivo para lamentarse, no para peinarse. Alejé el peine de mi y fruncí el ceño. En estos momentos, todos debéis estar pensando: ¿no llora?, ¿por qué no llora? Muy sencillo: no puedo. Soy de una especie que es incapaz de experimentar sentimientos, supuestamente, como el amor la tristeza o... La soledad. Nunca he sentido nada de eso. No es que sea un robot, como Sivvy, pero soy un Alfa, y nuestra especie probablemente experimente menos sentimientos que ella, somos así. Nuestro deber es sólo la ley. Somos los miembros del Consejo, el Senado, la Realeza y... cosas así. Pero claro, nadie sabe de nuestra existencia, bueno... sí de nuestra existencia pero no de nuestra... ¿mutación?, sí, supongo que se puede llamar así. Pero no sólo somos nosotros, están los sicarios de Gama. No es que yo les tenga por sicarios, es, simplemente, que lo son. Ellos se encargan de asesinar a todo el que se sale de sus esquemas. Son... por así decirlo la mafia mutante, sí, justo, la mafia mutante. Y claro, en ambos bandos cada uno tiene control sobre un elemento, bueno hay algunos que no, hay algunos que, aunque sean de distintos bandos, dominan el mismo elemento. Pero... me voy del tema, el caso principal es la muerte de Alfa Aquila.
- ¿Dónde está mi padre?- Me levanté de la cama y me vestí apresuradamente, disponiéndome a salir de la habitación, cuando Sivvy me retuvo con una fuerza extraordinaria impropia de ella.
- No debes, tu padre ha ordenado que te retenga aquí, no es un problema solo de Alfa Aquila, es un problema de todos vosotros, todos los Alfas. Unos cuantos grupos de la Gama se han rebelado contra vosotros, los guardianes Alfa que vigilaban sus fronteras han muerto, Alfa Aquila lideraba el grupo. Lo han encontrado junto a los demás... Ni tú ni tus hermanos debéis salir hasta que vuestro padre lo ordene, ¿de acuerdo?
Asentí apesadumbrada, quería saber qué pasaba y qué pensaba hacer mi padre, pero me senté de nuevo en la cama con Sivvy y comenzó a informarme sobre el revuelto en la Gama. Al parecer, habían muerto unos cuantos guardianes y Alfa Aquila, el que los lideraba. Desde entonces, los sicarios de la Gama, habían comenzado a expandirse y habían matado a todo a quién habían encontrado a su paso, pero solo habían conseguido llegar a la periferia de la ciudad donde habitaban la mayoría de los Alfa, seguramente tardarían unos cuantos meses en encontrar la ruta menos transitada y, entonces, arrasarían la ciudad. Y no se conformarían con matar a los Alfa, también matarían a todos los humanos que encontraran. Eso sería el apocalipsis de Mestópolis. Y los Alfa no lo podíamos permitir, aunque... no parecía que mi padre estuviera por la labor de hacer gran cosa.
- Debéis de estar alerta tú y tus hermanos, Skail, vosotros sois jóvenes y no sabéis reconocer a un sicario de la Gama... solo los mallores Alfa podrán enfrentarse cara a cara con ellos. Vosotros debéis permanecer atentos y también debéis ser precavidos.- En ese momento vi a Sivvy como una humana, más bien como una madre, la que nunca tuve sentí algo por dentro que me hizo abrazarla, no sabía qué era, pero era algo aterrador a la vez que confortante. De repente, mis ojos se humedecieron y comenzaron a salir pequeñas gotitas de agua de ellos, recorriendo toda mi mejilla, aquello era algo que había visto hacer a algunos humanos, pero los Alfa nunca habíamos hecho aquello, probablemente era la primera en hacerlo, pero no era buena señal, significaba que los de la Gama se acercaba, significaba que los Alfa perdíamos poder.

Condena mortal

Quien la vea
recibirá una azalea.
Un almendro recibió
el galán que la habló.

Quien la pilla
olerá a vainilla.
Un alivio recibió
el galán que la acompañó.

Pero no os dejéis engañar
mas no te debes fiar.
Porque detrás de su cara de cristal
acecha su destino fatal.

Pero dicen que tiene corazón
mas no te hace sufrir dolor.
Porque una vez amó
y su condena nunca cumplió.

miércoles, 13 de junio de 2012

Presentación-Aitana

Hola a tod@s
Soy Aitana y me acabo de unir al blog... Soy nueva en esto. Tengo alguna que otra cosa escrita a mano bastante interesante... Intentaré colgar todo lo que tenga cuanto antes, para saber vuestra opinión.
Besos

sábado, 9 de junio de 2012

Soy especial

Seguro que alguna vez te han dicho algo que te ha ofendido, pero voy a explicarte lo que pasa cuando alguien te insulta. Si yo soy rara porque me gusta ir diferente, tú eres sosa, al igual que todos los demás. Se diferente. Si yo fuera rara por ser de otra nacionalidad cuando tu fueras al país del que pertenezco y vieras como me siento yo y entendieras lo que me as hecho...Verás a las personas a las que insultabas son mejores personas que tú, porque hay un apartado en los Derechos Humanos que dice: -Derecho al asilo, nacionalidad, migraciones y extranjería. También hay otro que dice: -Derecho a la igualdad. Incluyendo la discapacidad, el sexo, origen, religión, edad, legua, el voto, Justicia, salario y enseñanza (entre otros). Somos iguales, pero sólo en esos sentidos. Física y mentalmente somos totalmente diferentes. Entonces, ¿por qué vestís todos igual? Otro derecho es: -Derecho a la vida. Si matas, te matan. Otro dice: -Derecho al honor, a la vida privada y la información. Y dentro de este pone al honor, honra o reputación y a la respuesta y rectificación. Por eso tengo derecho a responderte, cambiar de opinión. Y tú puedes hacerlo también, si te das cuenta de tus actos.
Y el que más me gusta es. -Derecho a la libertad. Libertad de pensamiento, conciencia y religión, libertad de opinión y expresión.
Puedo pensar lo que quiera y expresar lo que quiera, pero como también lo tienes tú... estamos en una encrucijada.
Entonces dime ahora, ¿cuáles son nuestras diferencias e igualdades? ¿Y por qué lo haces?
Porque no soy diferente, ni igual. Soy especial.

martes, 5 de junio de 2012

Lo sentimos

Esta página está en "obras". Pensamos modificarla, pero si encontráis algo raro no os preocupéis. El 23 de Junio podremos empezar a hacer obras, pero mientras tanto tenemos muchas cosas a medias (borradores y modificaciones). Os notificaremos de posibles noticias, pero hasta esa fecha no os esperéis muchas entradas.

lunes, 4 de junio de 2012

Una cara destrozada


Un cara,
su cara,
tan fea y horrible como siempre,
desmaya a todos los presentes.

Destrozada
por el duro accidente,
enferma,
por la gente.


Ojos grandes
y ardientes,
su cara no está sonriente,
pupilas que ya no ven.


Nariz chata,
blanca como la horchata,
nariz que no huele,
corazón que ni percibe ni que siente.

Boca fea,
escondida a la oscuridad
dañada sin queja,
pero no se atreve a sacar.

Su cara es fea,
sus lágrimas duelen,
mejor que no vea
lo que se le viene.

Parece que no volverá,
parece que desaparecerá,
parece que no la veré más,
ni siquiera en el país de nunca jamás.

Aunque se vaya,
le aguardaré en mis recuerdos
recordaré su cara,
en todos los momentos.
Posdata: esto lo escribí en quinto de primaria cuando me gustaba más la poesía... Pero ya no tengo palabras y tampoco es que se me daba muy bien... A mi no me gusta, pero lo cuelgo por si acaso.

Un buen amigo

Un amigo es un tesoro,
ya que nunca te deja solo.
Desde el principio de los tiempos
hasta el final de los cuentos,
desde pequeño revoltoso
hasta conseguir un buen abrazo de oso.
Siempre a tu lado,
aunque te quedes helado.
Comparto a mi amigo
y no me quedo como un higo,
le apoyo en sus opiniones
y no me dan ni melocotones.
Estoy seguro
como mi corazón es tan puro,
que estará siempre conmigo,
si es un buen amigo.
                                                                                                                                                                    Psdt:este poema lo escribí en quinto de primaria para un concurso del colegio, pero no gané. Me recuerda buenos momentos y me quedó bastante bien, así que aquí lo teneis. 


 

martes, 29 de mayo de 2012

La leyenda del murcielago

El murciélago una vez fue el ser más bello que volaba de la Creación. El murciélago al principio era tal y como lo conocemos hoy. Un día frío subió al cielo y le pidió plumas al creador, como había visto en otros animales que volaban. Pero el creador no tenía plumas, así que le recomendó bajar de nuevo a la tierra y pedir una pluma a cada ave. Y así lo hizo el murciélago, eso sí, recurriendo solamente a las aves con plumas más vistosas y de más colores. Cuando acabó su recorrido, el murciélago se había hecho con un gran número de plumas que envolvían su cuerpo. Consciente de su belleza, volaba y volaba mostrándolas orgulloso a todos los pájaros, que paraban su vuelo para admirarle. Agitaba sus alas ahora emplumadas, aleteando feliz y con cierto aire de prepotencia. Una vez, como un eco de su vuelo, creó el arco iris. Era todo belleza. Pero era tanto su orgullo que la soberbia lo transformó en un ser cada vez más ofensivo para con las aves. Con su continuo pavoneo, hacía sentirse chiquitos a cuantos estaban a su lado, sin importar las cualidades que ellos tuvieran. Hasta al colibrí le reprochaba no llegar a ser dueño de una décima parte de su belleza. Cuando el Creador vio que el murciélago no se contentaba con disfrutar de sus nuevas plumas, sino que las usaba para humillar a los demás, le pidió que subiera al cielo, donde también se pavoneó y aleteó feliz. Aleteó y aleteó mientras sus plumas se desprendían una a una, descubriéndose de nuevo desnudo como al principio. Durante todo el día llovieron plumas del cielo, y desde entonces nuestro murciélago ha permanecido desnudo, retirándose a vivir en cuevas y olvidando su sentido de la vista para no tener que recordar todos los colores que una vez tuvo y perdió.

sábado, 26 de mayo de 2012

El principio del fin

Kela corría y corría por su vida. Nunca antes había pasado tanto miedo. Mientras la Bestia le perseguía, intentaba recordar sus mejores momentos en la vida.
Las tardes que había pasado con sus amigas de la infancia, aunque la mayoría de ellas estuvieran muertas. Las risas, el olor del bosque, el primer beso... Eso la reconfortó: pensar en sus seres queridos, pero se le acababan las fuerzas y a su vez, la vida.
Su única posibilidad era que Numa consiguiera alcanzarles y matar a la Bestia con su poderosa magia, que había moldeado y conseguido en todos sus años de estudio.
Kela podía correr y correr hasta el infinito, si sus fuerzas también fueran infinitas... Tal vez consiguiera legar al bosque, la dirección a la que se dirigía. El bosque era su hogar, su territorio. Aunque ese no fuera el mismo en el que se había criado, estaría en ventaja porque al descubierto era vulnerable.
A Kela le perseguía la Bestia, un enorme felino que tenía más pinta de mono que de gato, pero que era muy mortal. Era difícil de describir, ya que si te quedabas mirándola fijamente, su poder podía llegar a volverte contra tus aliados, simplemente te hipnotizaba y ya no eras dueño de tus propios actos.
A la Bestia le seguía Numa, aunque no lo sabía y por eso tenían una pequeña ventaja. El joven consiguió darle con un hechizo pirotécnico, pero debido a la distancia, sólo la asustó. Kela siguió corriendo y gracias a Numa consiguió subirse a un punto alto en el límite del bosque, para tener a tiro a la Bestia que avanzaba amenazadora y lentamente hacia su mejor amigo.
Ella sacó un tubo de madera con un dardo tranquilizante, pero sólo disponía de una oportunidad, ya que había perdido su arco en batalla. Arma que había aprendido a utilizar años atrás cuando tuvo que aprender a defenderse sola de alguna manera y su maestro no conocía el uso de la espada, ni de ninguna. Pero tenía buena puntería, por lo que consiguió darle en el costado a la Bestia.
Kela y Numa sabían que no tardaría en despertarse, pero les daría tiempo suficiente para huir y despistarle en el bosque. Por eso eso ahora estaban en una laguna quitándose la sangre para que no siguiera su rastro.
Kela era consciente de que la mayoría de la sangre no era de ninguno de los dos, si no de Suyam, un amigo suyo de combate que había sido dañado por una flecha, proveniente de un arquero que había escapado.
Numa y Kela se cogieron de la mano y anduvieron alejándose del sitio en el que se había producido la batalla.
-Lo más sensato sería coger provisiones si vamos a tardar mucho en salir del bosque- propuso Numa. Ahora, sin sangre, ni barro se distinguían sus rasgos más característicos: ojos grises, pelo castaño...
-Tendremos que cazar y no tenemos armas, con bayas no bastará- dijo Kela.
-En un rato me habré recuperado y podré usar la magia.
Y así pasó una semana en la lucha de la supervivencia, hasta que salieron del frondosos bosque, pero no les gustó lo que encontraron.
Estaban en una ciudad en ruinas con millones de cadáveres. Había habido una lucha y se había perdido... Era como si una bomba hubiera explotado y cinco minutos más tarde una ciudad entera estaba muerta...
Oyeron a alguien tosiendo, era una joven que estaba tirada en el suelo entre la vida y la muerte. Se acercaron y se dieron cuenta de que ya nada podían hacer por ella. Tenía una herida en el costado horrible y otras muchas más por todo el cuerpo, además de la brecha de la cabeza cuya sangre no estaba seca todavía, como las demás heridas, si no que goteaba sin cesar.
-Vino un mensajer...-intentó decir, su voz era débil y cansada.
-Creo que nos puede contar qué a pasado aquí- dijo Kela ofreciendo a la joven la poca agua que le quedaba del lago. Porque por suerte la tenía colgada, así habían sobrevivido: gota a gota. La muchacha bebió y volvió a decir:
-Vino un mensajero diciendo que los bárbaros estaban de camino, que habían... arrasado todo. Éramos su próximo... objetivo- hablaba aceleradamente, por si su tiempo se le acababa antes- Después irían a Liken.
-¿Bárbaros?- se sorprendió Numa.
-Millones- estaban viendo como se le acababa la vida -Se dirigen a Like y...
Nunca llegó a terminar la frase. Apoyó su cabeza en el suelo y los dos pudieron ver un mechón de pelo rubio, que no estaba cubierto por la espesa capa de cenizas.
-No los alcanzaremos- dijo Numa.
-Ya lo se... por eso voy a abandonar.
-¿A estas alturas?
-R me ayudará a esconderme, nunca me encontrarán.
Numa no estaba convencido.
-Imagínatelo.
-Kela, ya sabes que te quiero, iré contigo siempre que pueda. Estaré a tu lado, aunque tú no quieras... ni me desees.
-Sabes que no es eso, te amo, Numa, pero...
-Pero eres incapaz de olvidarle- completó la frase- Ya no te quiere y, según lo que me contaste, ya no es el mismo y lo sabes.
-El hombre al que amé está muerto, lo acepté. Pero no acepto la posibilidad de que vuelva.
-No podrás esperar mucho tiempo.
-Tomaré una decisión cuando lo vuelva a ver, te lo prometo.
-¿Y después aceptarás mi amor?
-Eso ya lo he hecho, lo que no he hecho es corresponderlo como te mereces.
Numa se acerco más a ella, cogió su cabeza entre las manos y la besó inténsamente, disfrutando de cada momento, pero esta vez ella no se apartó.
-Iré contigo -le dijo Numa- Pero tienes que saber que esto no es el final.
-Lo sé.

viernes, 18 de mayo de 2012

Los guardianes del tiempo 2


No estaba seguro, pero creía saber quien era, Selvieh, una maga experta en conjuros de agua que venía de un pueblo pesquero.
Tampoco estaba seguro de que ella estuviera embarazada porque era eso lo que había querido decir el sabio. Tenía una buena relación con Kireth, un mago poderoso con un especial interés hacia la enseñanza, por eso era Maestro en la Orden mágica.
Ponía rumbo a Deros, donde se suponía que estaría Selvieh, pero cuando llegó allí nadie la había visto durante todo el día.
De repente una niña le dijo por detrás:
-¿Es usted el mago? Me manda Selvieh
-¿Dónde está?- preguntó
-No quiere ver a nadie, pero me dijo que buscara al mago y que le dijera que quiere dejar de ser Maestra e independizarse.
-Llevame con ella- le pidió el mago, pero la niña no estaba muy convencida el mago le dio unas monedas y ella aceptó.
Selvieh estaba en una casa cualquiera del pueblo, pero en realidad era la casa del médico porque como el mago pensaba: Selvieh acababa de dar a luz.
Era un niño, se llamaba Ramis y sus padres eran magos.
Selvieh cogió a su hijo en brazos, estaba en la cama tumbada. El mago se sentó en una silla vieja y se acomodó hacia atrás.
-¿Qué es eso de que quieres independizarte?- preguntó el mago.
-Quiero cuidar a mi hijo, ser feliz, vivir…
-Pero… Si sus dos padres son magos es un iniciado y…
-¿Cómo sabes si su padre es mago?
-El sabio me dijo que un iniciado desde el principio tendría que encontrar a los guardianes del tiempo.
La noticia la pilló desprevenida.
-¿Cómo sabes que se refería a él?
-Porque también me dijo que le preguntara a la que controla el agua- dijo firme -¿Quién es el padre, Selvieh?
- Si as venido hasta aquí y me has dicho eso, ya lo sabes.
-¿Él también lo dejará todo por el bebé?- se inclinó hacia delante y se frotó la cara de modo cansado.
-Estará cuando lo necesite.
-¿Eso es lo que te a dicho?
-Me enamoré de un hombre ocupado.
-Tendrás que empezar a entrenarlo cuanto antes, tiene un gran futuro por delante.
-su destino es mi destino hasta que sea mayor y para eso todavía queda mucho.
-Tú no lo entiendes
-Sí que lo entiendo, es mi hijo no el tuyo y no puedes controlarlo.
-Sabes que sí que puedo, así que ten más cuidado conmigo Selvieh. Tengo poder suficiente.
-No podrás obligarnos, si tan importante es aceptaré enseñarlo yo misma, pero no puedo hacer nada más por ti.
-Volveré y si no ha iniciado los caminos de la magia me lo llevaré a la fuerza, no tengo nada más que decir- salió por la puerta con un aire brusco.

miércoles, 16 de mayo de 2012

El destino-Soledad


Soledad.
Eso es lo que sentía. Estaba sola. Su arremolinado pelo se movía con el viento, al igual que sus ropajes que habían quedado destrozados.
Pensaba en todo lo que había pasado durante el año anterior y en lo que tenía que hacer en el siguiente.
No pudo aguantar más, se echó a llorar.
Estaba echa un ovillo, en el suelo del campo de hortalizas en el que su mejor amiga le había confiado sus mayores secretos hacía años.
En aquel campo de hortalizas en el que estaba enterrado el cuerpo inerte de su hermana: pequeña, rubia, asustada, amada… tiempo atrás.
A partir de ahora nada volvería a ser igual.
Ella estaba pensando en su siguiente movimiento. Decidió que haría lo que fuera para encontrarle, recorrería mar y aire si era necesario. Pero no estaba segura de su ubicación.
Decidió dejar sus deberes como una de los Elegidos y volar lejos, muy lejos.
Pero por más que lo quisiera no podía. No podía defraudar a la gente que la necesitaba.
Al final se levantó, miró al horizonte, donde el sol se ponía y empezó a andar lentamente, en dirección norte, en dirección a su destino.

martes, 15 de mayo de 2012

En el valle de amapolas

Hacia calor aquel día y Anna, una chica joven, con el pelo como el carbón y ojos oscuros, estaba cansada, pero no se iba a rendir por nada del mundo. Porque tenía que volver, sería sólo temporalmente.
Aun recordaba el día en el que había salido de allí para adentrarse en otro mundo...
antes de llegar a ese mundo perfecto se había preguntado lo mismo todas las mañanas: ¿cómo sería la vida sin problemas, en el campo, sin personas insoportables a tu alrededor, sin preocupaciones?, ¿cómo sería?
Nunca supo responderlas, hasta que nos llamó mi tío. Hacía muchos años que no le veían... Estaba enfermo y no salía de casa ni para visitar a su familia. Su asistente había dimitido y el viejo no consiguió encontrar a otra persona con aquel pequeño sueldo que se podía permitir.
Anna se la imaginaba distinta, si jardín y con muchas comodidades. Ese día se subió al avión, recorrió el mar y al llegar se subió a una furgoneta, que la llevó a casa de su tío.
estaba en medio de un valle lleno de amapolas. De la casa salió un hombre viejo en silla de ruedas. Ella se acercó más y se dio cuenta de que estaba peor de lo que pensaba, tenía la cara pálida, un bajo pulso, estaba calvo y el poco pelo que le quedaba era ya no blanco, si no transparente... Casi no se podía ni mover, pero le recibió con muchos ánimos porque se alegraba muchísimo de verla y de no estar solo en medio de la nada.
La casa era pequeña, pero perfecta para dos: dos cuartos con sus respectivos baños. El suyo tenía vistas al valle, una cama muy cómoda con sábanas de tonos rosáceos claros, una mesilla y un escritorio de madera.
En todo ese tiempo que estuvo allí hizo muchas cosas mientras cuidaba de su tío... Se quitó todo lo que le quedaba de la niñez, conoció a muchas personas del pueblo que estaba cerca de la casita, donde se abastecía de comida.
Ahora volvía para quedarse unos días en la ciudad, quería ver a su familia, pero no quería saber nada de su vida anterior. Armó valor y se despidió de su tío, estaría en buenas manos, John era ahora su mejor amigo y sabía que hacer. Acto seguido se subió al coche, que la llevaría al puerto, donde después de atravesar el mar cogería un avión... Rumbo a la ciudad, rumbo, aunque le costara admitirlo, a su viejo hogar.
Escrito por Patty y retocado y editado por Alba.

Los guardianes del tiempo

Un importante mago se había reunido con un sabio en un camino hacia Sahall... Le preguntó sobre el futuro.
-La vida pasa y pasa muy rápido, tanto que ahora los años son meses, los meses; semanas, las semanas; días, los días; horas, las horas; minutos y los minutos; segundos... Pero lo más importante es que a partir de ahora todo será diferente... Hay guardianes del tiempo, que pueden manejarlo, están entre nosotros y debemos encontrarlos. Alguien debe de hacerlo y no tendrá otro destino hasta entonces.
>>Deberá ser un iniciado desde el principio, pero no podrá conocer su futuro hasta que esté preparado.
-No puede ser: encontrar a un guardián del tiempo es casi imposible y sólo podría haber un iniciado desde el principio sí sus padres fueran magos y estuvieran entre nosotros... No hay tiempo para amor en estos tiempos.
-Habla con la que controla el agua.
Y el mago salió de la estancia y se fué a caballo hacia donde le llevara el destino.

Nombres fantásticos

Alba y yo estábamos pensando en nombres de fantasía y hemos pensado que podríais ayudarnos poniendo los que se os ocurran...
La verdad es que no se nos da muy bien, dice Alba que ya lo vereis en el Libro 1.
Cualquiera nos sirve, así que dejad volar vuestra imaginación.  ;)

Presentación-Patty

Holaa, soy Patty.
Me he unido al blog con mi mejor amiga... Yo colgaré más ideas que historias porque la verdad, no es que se me de muy bien redactar (aunque Alba me dice que le encantan mis historias).
Soy una niña como Alba, sólo queremos vuestras opiniones. a mi n es que me guste mucho leer, pero algunos libros como los de laura gallego garcia, los juegos del hambre, tres metros sobre el cielo o la saga crepusculo me gustan mucho. me gusta escribir pero solo cuandoestoy muy alegre, muy triste o se me ilumina la bombilla. lo que mejor se me da es dar ideas, pintar y bailar. espero que os gusten mis ideas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Una peonza entre panteras

Esto es sólo una idea. Yo patino sobre hielo y me gustaría escribir sobre la cosa que más me gusta hacer. En principio pensé en otro deporte, pero sobre este se más cosas.
Una niña se muda de una ciudad donde el patinaje artístico es muy valorado a otra donde es odiado. Es avergonzada e insultada, pero, ¿dejará lo más preciado que tiene o armará valor para patinar y cuidar de sus hermanos a la vez?

Libro 1

Capítulo 1:


LÍA

Me contaron que el día que nací en la superficie había un sol abrasador. Mi madre era la líder de los Pucca, llamada, como no, Pucca. Aunque mi hermana era la heredera del cargo de líder. Me mostraron, en cuanto vi la luz, a los espectadores que esperaban impacientes por saber cómo estaba la madre y el bebé. Me pusieron el nombre de Lía.
Normalmente a los dos años un oráculo predice algo pequeño para los padres. Pero a mi hermana no le predijo nada. Mi madre se enfadó mucho con el adivino, así que cuando llegué yo a que me viera el oráculo. Mi madre esperaba que conmigo dijera algo, ya que yo no iba a ser la heredera, pero cuando vio mi futuro, sonrió. Inmediatamente le dijo a mi madre que pasara y que trajera a mi hermana Zara. Nos sentó frente a ella en esa oscura habitación y nos cogió de las manos. Cerró los ojos y dijo entrando en contacto con los dioses:
- Una fracasará en su misión y pagará su equivocación, pero la más lista encontrará el camino que llevará a todos, con la ayuda de Anwanna, al equilibrio de Los Inteligentes, y al pueblo… -tosió y volvió en sí, no llegó a terminar. Mi madre se quedó sin palabras, nos cogió de la mano y salimos corriendo de allí.
Cuando llegamos a casa nos dijo que no habláramos de lo que había pasado con nadie, pero nosotros teníamos muchas preguntas. Una semana después, se acercó a nuestra habitación para hablar.
–Hola, chicas, quería hablaros de lo que pasó hace unos días en el oráculo, no tiene que… - paró cuando la interrumpí.
- ¿Quién es Anwanna? – pregunté, esperando una simple respuesta.
- Anwanna es la diosa de la tierra y de la naturaleza, boba – dijo mi hermana chinchándome.
- Muy bien, Zara, y después de lo que os tengo que decir tendremos que hablar de eso – dijo mirando a Zara.
- Pero no tiene que… - la ayudé, recordando dónde se había quedado.
- No tiene que preocuparos, el oráculo siempre se equivoca en personas importantes especiales, como vosotros –se veía que se lo había preparado porque parecía que se lo sabía de memoria y en una semana, había tenido mucho tiempo para pensar.
- ¿Preocuparnos de qué? – entonces yo era muy pequeña para comprenderlo, pero mi hermana, aunque tenía seis años, sabía que le iba a pasar algo malo a una de las dos, y se tranquilizó al oír el “siempre”.
Bostecé y entorné los ojos, lo que hizo que mi hermana se tumbara en su cama y mi madre nos diera un beso en la frente a cada una y nos dijera serenamente:
- Buenas noches.
Entonces apareció mi padre avisando a mi madre que nos dejara dormir, yo ya había cerrado los ojos cuando mi hermana, cómo no, tuvo que romper el silencio.
- ¿Y Anwanna? – soltó Zara.
- Mañana.- dijo mi madre en tono cansado.



         Al día siguiente vino un señor, como cada diez días, y nos entregó cincuenta mincas, recién maduras. Son deliciosas frutas de colores que pueden acompañar comidas, ser ingredientes de estas, o meriendas o postres. Mientras mi hermana y yo no tomábamos una minca, yo una de color naranja y Zara una de color verde, mi madre vino para continuar la conversación de la noche anterior.
- Buenos, chicas, tengo que hablaros sobre los dioses que nos miran y cuidan. -Zara y yo estábamos preparadas para lo que nos iba a contar a continuación - Anwanna está en todas las plantas y en todos los ojos de los animales del bosque. Sirius decide sobre la lluvia, el Sol y la nieve por el día, y se transforma en Selene, que vigila las estrellas desde la Luna por la noche.
- ¿Y quién decide la lluvia y eso por la noche? – preguntó Zara.
- Lo hace Selene, pero de ellos en concreto, si queréis saber más, id al archivo e investigar – respondió mi madre. Yo no decía nada, porque quería enterarme y tampoco tenía nada que decir, excepto que no puedo ir sola a ninguna parte, ni acceder al archivo con dos años y medio.
- Del verde mar y de entregar la lluvia a Sirius para que la entregue a la tierra o a Anwanna, está Nerea y de la mala suerte y la equivocación, es K.
- ¿K? – pregunté queriendo algo más concreto.
- No se puede pronunciar su nombre completo.
- ¿Pero por qué? No entiendo – dije sin comprenderlo.
- ¿Quieres que te siga contando todo, o te llevo al archivo? – me gritó, pero lo peor era que nunca antes lo había hecho, pero últimamente, desde visitamos el oráculo estaba de ese humor insoportable.
- Perdón.
- No se debe mencionar nunca su nombre, y ya está.
Hubo un breve silencio. Zara miró fijamente a Pucca esperando a que continuara.
- De la paz, Vrede, y de la guerra, Bellum
- Pero, ¡si son siete los que has dicho! – dijo Zara sin comprenderlo.
- Sí, ¿por? – ahora era yo quien lo entendía menos.
- Porque nuestro signo es un octógono.
- Espera: Anwanna, Sirius, Selene, K, Nerea, Bellum, Vrede y… ¡ah, sí! Conan, el dios del pueblo y de las mincas.
La conversación había terminado. Las creencias, la religión, se transmiten de padres a hijos. Pero si queríamos saber algo más: el archivo. Di mi último bocado a la minca y…
- Es la hora – dijo mi madre apareciendo de repente detrás de nosotras.
- ¿La hora de qué? – preguntó Zara.
- Zara, nos vamos – contestó mi padre seriamente.
- ¿A dónde?
- A un sitio, vamos, si nos damos prisa no tardaremos.
- Pero… - Zara no terminó la frase.
- Venga, será sólo un momento – la animó Pucca.
Zara cogió su minca, le dio un mordisco y siguió a mi padre. Cuando volvió fue todo normal, sólo se reunieron mis padres, como en una charla normal, pero lo que pasó no lo era.


Todo fue normal durante los próximos años. Aprendí a amar la naturaleza, pero también a temer el exterior.
Un día entré en casa. Venía de jugar con otros niños, y tuve casi la misma conversación que tuvieron mi padre y mi hermana hace cuatro años. Entonces me llevó a una casa. En ella había una pequeña mesa de té con un jarrón con algún líquido transparente, pero con un tono rosáceo, había dos sillas viejas y al fondo una estantería de madera con unos cristales como puertas y unas tablas pintadas como cajones. A través de estos se veían objetos extraños, una bola de cristal y una foto en sepia de una niña pequeña y dos pequeños seres extraños. De la nada apareció una mujer de unos cuarenta años.
- Lía, ¿no? – miró a mi padre y sin mover su expresión este, salió de la casa.
- Eh… sí – contesté mirando rápidamente cómo se iba mi padre.
- Bien, pequeña, siéntate aquí – dijo señalando una de las sillas viejas, me dirigí hacia esta y la señora se sentó en la otra, suspiró y dijo:
- Yo soy Betta.
Miré la foto en sepia otra vez y la mujer sonrió. Detrás de ella había una casa de muñecas hecha con madera en la que no había reparado antes.
- Luego puedes jugar con ella, pero antes quiero hablar contigo. Cuéntame, ¿qué tal estás?
- Bien – dije solamente.
- Toma, prueba un poco de esto – cogió la jarra con el extraño líquido y echó un poco en un vaso de cerámica. Me lo acercó y lo miré indecisa.
Al final le pegué un sorbo. Tenía un sabor dulce. Estaba rico, pero nunca antes lo había experimentado.
- ¿Cómo está tu madre?
- Ocupada.
- Normal, pero lo comprendes, ¿no?
- Comprender, ¿qué?
- Que tu madre esté ocupada con su trabajo.
- Ah… eh… sí. – No sabía por qué estaba hablando con ella de esto. Perdón, no sé porqué estaba hablando con una desconocida, pero mi padre era quien me había traído.
Miró a mi vaso y al ver que ya me lo había terminado se levantó rápidamente, salió de la casa y en unos segundos vino acompañada de mi padre.
- Puedes jugar con la casa – dijo como sí hubiera leído mis pensamientos.
- Pero no rompas nada – advirtió mi padre, conociéndome.
Me dirigí a la casita y noté cómo se sentaban. Yo era pequeña, pero lista, e inmediatamente con un espejo en miniatura de la casa lo giré para ver cómo detrás de mí, la mujer cogía la taza de la que yo había bebido y se la ponían enfrene. Mi padre la miraba fijamente. Parecía que estaba esperando a que Betta abriera la boca, pero en vez de eso sacó un frasco del bolsillo de su túnica ancha y se lo echó al vaso. Unos segundos después salió un poco de humo y se me cayó de la mano una muñeca. La cogí rápido para poder seguir viendo a la extraña. Por suerte, cuando volví a enfocar en mi espejo, Betta seguía mirando dentro de la taza. Ya casi no había humo y mi padre todavía la miraba, pero desvió la mirada hacia mí y tuve que hacer que la muñeca bajaba por las escaleras y se sentaba en una mecedora junto a un perro que tenía la lengua fuera y miraba hacia arriba. Volví a mirar por el espejo. Mi padre ya no me miraba.
- Tengo malas noticias. No veía nada con Zara porque esto es una proyección del futuro, pero si no se tiene futuro, no se ve nada, y aquí veo amor, y… no está claro. También veo cómo termina la guerra. Ella lo verá, pero no la finalizará ella… ¡No, no, no! ¡No te vayas! – gritó Betta. Yo no lo entendía mucho, pero me había preocupado y puesto nerviosa. – Se ha borrado – dijo, por último.
Para romper el silencio, decidí hablar después de girarme.
- Mira, papi – dije, señalando a lo más interesante que vi de la casa de muñecas: la cama doble, con tantos detalles y sábanas marrones y rojas. Mi padre tardó un par de segundos en reaccionar, pero al final se levantó y se acercó para verlo desde mi izquierda.
- Mira qué bonita.
- Sí, está muy bien hecha. Nos tenemos que ir. ¿Te apetece una minca?
- Sí, quiero una morada.
- Vale, vámonos a casa – nos dirigimos a la puerta. Mi padre se giró hacia Betta y dijo:
- Eh… gracias – ella todavía estaba paralizada mirando la taza de cerámica, y no contestó.